martes, 28 de febrero de 2012

Sobrasada vegetal con toque infernal



Siguiendo con el tema de La alimentación y las emociones, hoy os presentamos una Sobrasada infernal con toque infernal, receta que nos trae nuestra amiga Gavina, autora del libro  Las 69 recetas más afrodísiacas de la cocina vegetariana.

Los colores nos nutren los sentidos, y es importante introducirlos en nuestros platos a diario, ya que cuanta más varidad de colores haya, más factores  nutricionales obtendremos

Los pimientos, con su color rojo pasión, constituyen una fuente excelente de vitamina C. Y su esmerada  presentación los convierte en unos entrantes irresistibles. No en vano fue una de las recetas que Gavina realizó en el Taller de cocina  para enamorar, del que ya hicimos mención en estas páginas.


Ingredientes:
  • 2 pimientos asados
  • 1 ajo
  • 1 c/c de pimentón ahumado
  • una pizca de sal
  • 100 gr. de almendra marcona salada
  • 2 c/s de pan rallado de calidad
  • 1 c/s de aceite de oliva
  • germinados para el decorado

Elaboración:
- Limpiamos y lustramos con aceite los pimientos para asarlos en el horno. Una vez asados, los envolvemos en un paño de cocina para que se genere un poco de humedad y se puedan pelar con facilidad.
- Ya preparados sin la piel ni las pepitas, los ponemos en un recipiente y los trituramos junto con el resto de ingredientes hasta lograr una crema homogénea tipo paté.
- Con este paté  podemos untar pequeñas porciones de pan de molde y elaborar minúsculos canapés que decoraremos  con un toque de germinados.


Nota de la autora:
- Esta atrevida crema es perfecta para elaborar canapés vistosos. Su intenso color rojo  atraerá aquellos amantes de los sabores potentes pero, al ser totalmente vegetal, nuestro estómago agradecerá su composición y no nos robará energía para usar en otras agradables actividades que tengamos previstas…


Notas:
- c/c: cucharadita de café, c/s: cucharada sopera.

- Aunque el pimentón y los pimientos picantes se utilizan como remedio natural contra el dolor gracias a las propiedades analgésicas de uno de sus componentes (la capsaicina), hay estudios que desaconsejan el consumo de solanáceas (pimientos, berenjenas, tomates y patatas) si se sufren dolores articulares. Es más, añaden que estos alimentos podrían extraer el calcio de los huesos y depositarlo en otras zonas del cuerpo.


Receta y fotografía de La cuina de Gavina

lunes, 20 de febrero de 2012

Sopa de arroz con legumbres y brócoli



Cuando tratamos el tema de La alimentación y las emociones os explicamos cuáles eran los alimentos que nunca deberían faltar en nuestra mesa (cereales, legumbres, verduras...), porque nos generan armonía, vitalidad y energía estable, y tonifican todos nuestros órganos.

Nuestra amiga Margot , experta en buscar ese equilibrio interior que nos lleve a la calidad de vida que todos deseamos, nos presenta hoy esta reconfortante Sopa de arroz con legumbres y brócoli , rica en alimentos procedentes de la tierra.

El arroz es una buena fuente de energía, y los garbanzos nos proporcionan las proteínas que necesitamos para reparar nuestro cuerpo sin cargarnos de colesterol y de grasa. 

Y  una vez más os recordamos que las legumbres y el brócoli contienen gran cantidad de calcio,  por lo cual se convierten en alimentos necesarios para prevenir la osteoporosis, un problema que ataca especialmente a las mujeres en la etapa de la menopausia.


Ingredientes (para 2 personas):
  • 1/2  puerro
  • 1 rodaja de celery
  • 1 cucharada de aceite
  • 1 patata
  • 1/2 litro de caldo de ave
  • 2 puñados de arroz
  • 100 g garbanzos cocidos
  • 1 hoja de laurel
  • 1 huevo
  • 1/2 brócoli
  • sal


Elaboración:
- Cortamos el puerro y el celery en brunoise, y los salteamos en una olla con una cucharada de aceite.

- Cuando casi estén,  troceamos la patata, la añadimos y le damos unas vueltas. A continuación  incorporamos el caldo, el arroz, los garbanzos y el laurel, y llevamos a ebullición unos 20 minutos.

- Hervimos el huevo, lo pelamos y lo desmenuzamos.

- Cortamos el brócoli en ramitos pequeños y lo ponemos en un recipiente con agua y unas gotas de limón durante unos minutos. Lo enguagamos y lo dejamos escurrir.

- Hervimos el brócoli con muy poca agua durante 5 minutos y lo añadimos al arroz y al resto de ingredientes cuando lleven 15 minutos de cocción.

- Rectificar de sal antes de finalizar la cocción.

- Servimos la sopa en cuencos especiales para sopa, ponemos un ramito de brócoli encima y el huevo desmenuzado.


Notas:
- En lugar de caldo de ave se puede poner de verduras, convirtiéndose entonces en un plato vegetariano.

- Para lavar bien las verduras conviene no utilizar agua caliente, usar algún desinfectante (unas gotas de limón, un chorrito de vinagre, 3 gotas de lejía o el preparado para lavar las verduras), enjuagar bien las verduras desinfectadas y dejar escurrir bien el agua.


¡Esperamos que esta Sopa de arroz con legumbres  y brócoli os haya gustado y os animéis a prepararla!



martes, 14 de febrero de 2012

Croquetas de quinoa


El estrés y determinadas situaciones de presión emocional pueden provocar bajones en nuestro nivel energético y físico. Estas Croquetas de quinoa nos ayudarán a evitar el problema gracias al alto contenido en aminoácidos y minerales que posee la quinoa, que la convierten en el alimento ideal para reconstituir y fortalecer nuestro cuerpo.

No olvidemos tampoco que es una buena fuente de calcio -contiene más que la leche- con lo cual se convierte en un alimento imprescindible en la menopausia ya que nos ayudará a evitar la osteoporosis.

El tofu es considerado el sustituto natural de la carne, es ideal para fluidificar la sangre y eliminar el colesterol. Y, gracias a su elevado contenido en calcio, mantendrá sanos y fuertes nuestros huesos.

 Ingredientes (para 14 croquetas):
  •  50 g quinoa
  • 150 ml agua mineral
  • sal marina
  • 100 g tofu
  • 150 ml agua mineral
  • 1 c/s aceite de oliva virgen extra
  • 1 c/s miso
  • 60 g almendra cruda con piel 
  • 30 g zanahoria
  • 30 g brócoli
  • 50 g champinones
  • perejil
  • orégano
  • sal marina
  • pan integral rallado

Elaboración:
- Lavamos varias veces la quinoa y la dejamos escurrir. Llevamos a ebullición el agua con un pellizco de sal, añadimos la quinoa y dejamos hervir durante 20 minutos con el cazo tapado y  el fuego al mínimo. Si se quedara sin líquido, añadir un poco más.

- Cortamos el tofu en cuatro trozos y lo hervimos con el agua durante 5 minutos. Lo dejamos entibiar y lo trituramos con el  aceite y el miso.

- Escaldamos las almendras en agua caliente para sacarles la piel. Pelamos la zanahoria y los champiñones, y los cortamos a trozos. A continuación los trituramos con las almendras y el resto de ingredientes.

- Añadimos el tofu triturado y  mezclamos bien todos los ingredientes. Formamos croquetas de unos 30 g, y las rebozamos con el pan integral rallado.

- Encendemos el horno y lo ponemos a 150º. Cuando esté caliente, introducimos las croquetas  y las dejamos 10 minutos. Les damos la vuelta y las dejamos 10 minutos más.


Con estas Croquetas de quinoa  participamos en la propuesta que hacen  Els fogons de la Bordeta  y  Xocolata desfeta  para la  Recepta del 15,  y que este mes está dedicada a las croquetas.


lunes, 13 de febrero de 2012

La alimentación y las emociones

¿Tienes antojos a menudo? ¿No puedes evitar picar algo entre horas? ¿Te levantas por la noche hambrient@ y vas direct@ a la cocina? Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, es probable que desconozcas la relación que existe entre la alimentación y las emociones, así que te invitamos a conocer un poco más cómo nos afectan los alimentos para que puedas escucharte a ti mism@ y consigas, en consecuencia, tu equilibrio interior.

Normalmente comemos porque tenemos hambre, pero ¿qué pasa cuando devoramos sin ningún motivo aparente chocolate, helado, dulces, patatas fritas u otros snacks? Quizás nos hayan servido para apagar una pena, o para hacernos olvidar una frustración, pero  solo momentáneamente. Y es que, sin saberlo, puede que estemos comiendo  estos alimentos con el fin de satisfacer algunos vacíos que en realidad no son físicos sino mentales. Es decir, muchas veces tenemos estrés o nos sentimos mal anímicamente y en vez de arreglar estos problemas de la forma correcta, tratamos de solucionarlos comiendo algo que pensamos que nos va a dar placer o bienestar. Pero solo es una sensación pasajera que desaparece en seguida. Saborear un poco de chocolate puede parecer agradable, sin embargo esto puede llegar a ser un problema si a la larga aparece la necesidad de hacerlo diariamente, como si de una adicción se tratara. En estos casos deberíamos de aprender a escucharnos a nosotr@s mism@s, y conocer cuál es la verdadera fuente del problema. 

Este podría no ser mental sinó  físico cuando, por ejemplo, optamos por no desayunar o tomar simplemente un café para no engordar. También, a veces, comemos inadecuadamente, de manera que lo que consiguimos entonces es que nuestras demandas energéticas no queden satisfechas y nuestro cuerpo nos pida azúcar a lo largo del día. Esto hará que no podamos parar de picar entre horas, sobretodo dulces, ya que nos faltará glucosa. 

Otro error que cometemos much@s es alimentarnos de forma inadecuada sin darnos cuenta que esto nos ocasiona un déficit de nutrientes importante. Y es que mucha gente quita importancia a la alimentación y pone por encima a otras prioridades, poniendo como excusa la falta de tiempo o lo caro que resulta cocinar cada día en casa. Esto implica que recurramos a los alimentos precocinados y al fast food, mientras que dejamos de lado a los alimentos frescos y naturales, que son los que realmente nos nutren con sus enzimas, minerales y vitaminas. Y es que, si solo comemos alimentos muertos, sin vida, ¿cómo van a nutrirnos? ¿Cómo vamos a obtener la  energía que necesitamos?

Hay que tener en cuenta, también, que todos los pensamientos que tengamos durante el día y todas nuestras acciones y emociones pueden condicionar aquello que comemos y, en este caso, pueden beneficiarnos o perjudicarnos. Muchas veces solo escuchamos a nuestro yo físico que nos pide comida, y sin embargo no escuchamos a nuestro yo interior, que nos dice qué necesitamos realmente, qué problemas tenemos o qué hemos de cambiar para mejorar, para sentirnos mejor o, en definitiva, para ser felices.

Por eso os recomendamos, sobre todo si habéis contestado afirmativamente a alguna de las preguntas iniciales, que sigáis la máxima hay que comer para vivir,  no vivir para comer. Solo así, y si no intoxicáis vuestro organismo con productos procesados, artificiales, con colorantes, aditivos y llenos de azúcares refinados, seréis más felices y ya no hará falta que busquéis estos placeres momentáneos que a la larga os pueden dañar, produciéndoos colesterol, diabetes, hipertensión, obesidad o enfermedades cardiovasculares. 

Y, sobre todo, recordad la necesidad de comer adecuadamente alimentos que os proporcionen la suficiente energía que vais a necesitar a lo largo del día según la actividad que desarrolléis. Un consejo es que cocinéis en casa y consumáis alimentos variados y ricos en energía para conseguir todos los minerales, vitaminas, proteínas y  grasas que necesitéis. Si no recibís la suficiente energia, vais a sentiros cansad@s, apagad@s y de mal humor, de manera que os pasaréis el día abriendo la nevera.

En nuestro plato no pueden faltar: 
1. Cereales integrales
2. Proteínas (legumbres, tofu, pescado...)
3. Algas
4. Verduras de raíz 
5. Verduras verdes
6. Frutas
7. Semillas y frutos secos

Debemos aprovechar todos los factores que influyen en nuestra salud, como el descanso y el ejercicio físico (basta con caminar media hora diaria), que junto con una buena alimentación nos van a proporcionar el equilibrio físico, emocional y mental que necesitamos para sentirnos mejor.

Y es que, cuando hacemos un viaje en coche, ¿no comprobamos primero que haya suficiente combustible, revisamos las ruedas, controlamos el nivel de aceite y nos aseguramos que todo funcione correctamente? Pues lo mismo hemos  de  hacer  con nuestro cuerpo, ya que si no lo alimentamos como es debido, quizás nos quedemos a mitad del camino sin llegar a nuestro destino final.



martes, 7 de febrero de 2012

Merluza al horno con espárragos




Para nuestra primera receta de pescado blanco, esta Merluza al horno con espárragos tenía todos los números para ser la seleccionada. Se trata de un plato fácil y muy sano, e ideal para alegrar la mesa de un día festivo.

La merluza es un pescado blanco con un contenido calórico bajo, por lo cual es muy recomendado en las dietas hipocalóricas.

Ya os hemos comentado en otras ocasiones la importancia de comer pescado, ya que hay estudios que demuestran que en la menopausia las mujeres tienen un mayor riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular, debido a la disminución de estrógenos, que son los encargados de mantener altos los niveles del colesterol bueno (HDL) y bajos los del  colesterol malo (LDL). Y la merluza, aunque inferiores a las del pescado azul, tiene cantidades nada despreciables de ácidos grasos omega-3, que van muy bien para reducir el LDL al tiempo que aumentan el HDL.

Los espárragos, el otro ingrediente de la receta,  son uno de los mejores diuréticos naturales que existen, y estan muy recomenados en caso de retención de líquidos.

Ingredientes (para 4 personas):
  • 1 merluza fresca de 1 kg
  • 2 c/s aceite de oliva virgen extra
  • 3 ajos pelados
  • 50 ml vino blanco
  • 100 ml caldo de pescado 
  • 1 trozo de alga kombu (4cm)
  • sal marina
  • 1 c/c hojas de tomillo
  • 1 c/s harina de almendra
  • 2 ramas de perejil
  • 1 manojo de espárragos

Elaboración:
- Pedimos al pescadero que nos descame la merluza, le saque las espinas exteriores (pero que no las tire puesto que las necesitaremos)  y la corte en 4 rodajas.

- Ponemos la cabeza,  las espinas y el alga kombu en un cazo con 2 vasos de agua mineral y lo dejamos hervir de 20 a 30 minutos. Después colamos el caldo.

- Encendemos el horno a 200º. Ponemos en una sartén el aceite y los ajos a láminas y los dejamos dorar a fuego muy suave, vigilando que no se quemen.

- En una fuente que pueda ir al horno ponemos las rodajas de merluza. Añadimos el vino, el caldo y el aceite con perfume a ajo. Condimentamos con sal y tomillo. Tapamos con papel de aluminio y  ponemos en el horno durante 15 minutos.

- Pasado este tiempo, destapamos y  dejamos 10 minutos más.

- Mientras, llevamos a ebullición agua con sal. Desechamos las puntas duras de los espárragos y los hervimos enteros durante 3 minutos. Colamos y reservamos.

- Sacamos la merluza del horno. Vertemos en una sartén el líquido de la fuente y lo reducimos. Picamos muy fino el perejil, y lo añadimos a la sartén junto con la harina de almendra. Los dejamos unos segundos para que se mezclen bien y retiramos del fuego.

- Servimos una rodaja de merluza y 4 espárragos por persona, y regamos con la reducción de perejil y almendra.


Notas:
- Si añadimos un trozo de alga kombu a la olla de hacer caldo (sea de verduras, de carne o pescado), potenciaremos el sabor de los alimentos. Además actúa como un depurador natural gracias a su contenido en ácido algénico.

-  c/c: cucharadita de café. c/s: cucharada sopera.


Esperamos que os animéis a preparar esta Merluza al horno con espárragos  porque ¡seguro que os gusta!